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Cómo el talento humano y la gobernanza generan valor?

  • Foto del escritor: César Augusto Palomino Rubio
    César Augusto Palomino Rubio
  • 24 jul
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 1 oct

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En la era del conocimiento, el talento humano se consolida como un activo intangible estratégico para el desarrollo empresarial, especialmente en contextos donde la innovación y el liderazgo directivo determinan la ventaja competitiva (Barney, 1991; Becker & Huselid, 2006). Este principio cobra una importancia particular en las empresas familiares, donde los vínculos afectivos, las dinámicas interpersonales y la toma de decisiones se entrelazan con los objetivos del negocio.

Las organizaciones de hoy no solo crean productos, sino que moldean ecosistemas simbólicos en los que la experiencia, la marca y la cultura interna configuran valor compartido entre clientes y colaboradores (Prahalad & Ramaswamy, 2004). En este contexto, el trabajo inmaterial —basado en conocimiento, emociones y relaciones— adquiere una relevancia que supera el modelo productivo tradicional (Edvinsson & Malone, 1997; Lazzarato, 1996).


La singularidad de las empresas familiares

Las empresas familiares representan una porción significativa del tejido empresarial en América Latina. Su impacto va más allá de lo económico: constituyen motores de cohesión social, generación de empleo y transferencia intergeneracional de patrimonio. Sin embargo, su estructura híbrida —donde convergen lo familiar y lo corporativo— implica desafíos únicos de gobernanza, cultura organizacional y gestión estratégica (Gómez-Mejía et al., 2007).

En muchos casos, especialmente entre micro y pequeñas empresas, prevalece una lógica de subsistencia. La empresa se orienta más hacia el bienestar inmediato de la familia que hacia la expansión o acumulación de valor a largo plazo (Superintendencia de Sociedades, 2005). Esta perspectiva, aunque legítima, puede limitar el crecimiento sostenible y la profesionalización.


Barreras comunes para generar valor

  • Confusión entre patrimonio empresarial y familiar


     La falta de separación entre finanzas personales y corporativas debilita la reinversión de utilidades y frena el escalamiento organizacional.

  • Tensiones en la toma de decisiones


     Los conflictos derivados de roles múltiples (padre-gerente, hijo-empleado) pueden impactar negativamente la cohesión interna, la cultura y la sucesión.

  • Déficit de talento capacitado


     La transformación digital exige nuevos perfiles y habilidades. La ausencia de formación continua limita la adaptabilidad y la innovación.

  • Carencia de herramientas de valoración


     Muchas empresas familiares carecen de métodos claros para valorar el aporte de activos intangibles como la experiencia, la reputación o el conocimiento acumulado.


Claves estratégicas para el fortalecimiento

  • Formación continua y gestión del capital humano


     Implementar programas estructurados de capacitación y liderazgo genera una base sólida de competencias y promueve la innovación (Becker & Huselid, 2006).

  • Gobernanza profesional e institucionalización


     Protocolos familiares, consejos de familia y juntas directivas independientes permiten separar emociones de decisiones estratégicas y facilitar procesos sucesorios.

  • Innovación colaborativa


     Vincularse a redes de conocimiento —como universidades, centros de desarrollo tecnológico o clústeres empresariales— amplía el acceso a ideas, recursos y nuevas oportunidades de mercado (Nonaka & Takeuchi, 1995).

  • Gestión del conocimiento intergeneracional


     Documentar procesos, aprendizajes y buenas prácticas reduce el riesgo de pérdida de saber crítico, especialmente en procesos de sucesión o cambios en la administración.



Conclusión

Las empresas familiares enfrentan el reto de equilibrar la estabilidad emocional de la familia con la exigencia de competitividad en un mercado globalizado. La creación de valor en este tipo de organizaciones trasciende lo económico: implica asegurar su continuidad, fortalecer su cultura, y generar impacto social sostenible.

Para lograrlo, es fundamental reconocer al talento humano como eje estratégico, institucionalizar la gestión y adoptar enfoques que integren innovación, profesionalización y planificación patrimonial. La familia puede seguir siendo el alma del negocio, siempre que se prepare para liderarlo con visión, estructura y conocimiento.


Referencias

  • Barney, J. (1991). Firm resources and sustained competitive advantage. Journal of Management, 17(1), 99–120.

  • Becker, B. E., & Huselid, M. A. (2006). Strategic human resources management: Where do we go from here? Journal of Management, 32(6), 898–925.

  • Edvinsson, L., & Malone, M. S. (1997). Intellectual Capital: Realizing Your Company’s True Value by Finding Its Hidden Brainpower. HarperBusiness.

  • Gómez-Mejía, L. R., et al. (2007). Socioemotional wealth and business risks in family-controlled firms. Administrative Science Quarterly, 52(1), 106–137.

  • Lazzarato, M. (1996). Immaterial labor. In P. Virno & M. Hardt (Eds.), Radical Thought in Italy. University of Minnesota Press.

  • Nonaka, I., & Takeuchi, H. (1995). The Knowledge-Creating Company. Oxford University Press.

  • Prahalad, C. K., & Ramaswamy, V. (2004). The Future of Competition. Harvard Business School Press.

  • Superintendencia de Sociedades. (2005). Informe de gestión. Bogotá, Colombia.

 
 
 

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